domingo, 9 de octubre de 2011

PRIMER EJERCICIO: La casa soñada

Descripción

Como ya se ha anunciado en clase, el primer ejercicio consiste en proponer un espacio habitable a insertar en un medio físico concreto a partir de las necesidades fisiológicas derivadas de una actividad personal e individual determinada. La elección tanto del lugar como de la actividad a desarrollar en él es totalmente libre, con la intención de que sean las propias ilusiones y deseos personales los que lleven a la reflexión y al descubrimiento de dichas necesidades. La intervención en el territorio se debe abarcar desde el entendimiento de la arquitectura como interlocutor entre el habitante y el medio, más que desde el punto de vista de intervención paisajística. En este sentido se puede decir que es un ejercicio para pensar desde dentro hacia fuera. 

La propuesta debe contar de manera clara y concisa la forma en la que el individuo se va a relacionar con su entorno y no se debe quedar en la definición del límite interior-exterior sino que debe abarcar también el tratamiento del terreno en cuestiones de accesibilidad y de transiciones espaciales.

Se deben tener en cuenta los condicionantes que nos impone el lugar una vez elegido, como son la topografía, la flora y la fauna, la climatología o el paisaje, y se debe de dar especial importancia al tratamiento de la luz natural, la escala de la intervención y la originalidad del planteamiento.

Entrega

La entrega del ejercicio será el 11 de noviembre y el material exigido una maqueta y toda la documentación necesaria para la comprensión del proyecto en técnica libre, compuesta en un dossier A3 en papel. Se valorará la claridad y rigurosidad en las formas de expresión, la coherencia entre la actividad y el medio elegidos, la adecuación de la propuesta a las necesidades establecidas, la mimetización y carácter de la intervención en relación al medio preexistente y la implicación del estudiante a lo largo de todo el proceso de elaboración del proyecto. 

Durante este proceso es conveniente hacerse preguntas del tipo siguiente:

¿Qué deseo hacer?
¿Qué lugar es el más indicado o deseado para desarrollar esta actividad?
¿Qué necesidades espaciales requiere la actividad a desarrollar?
¿Qué relación quiero tener con el medio envolvente?
¿Cómo debo materializar esa relación en forma de recursos arquitectónicos?
¿Qué carácter tiene la intervención respecto al medio?
¿Cómo puedo aprovechar los recursos del lugar?

Siempre se deben dar varias respuestas a las cuestiones, eligiendo unas y descartando otras, sabiendo los motivos por los que se toma cada decisión. También es conveniente autocuestionarse lo que se está haciendo, para estar seguros de que es el camino que consideramos más correcto.

Por último, recordar algunas cuestiones que salieron durante la presentación del curso y que es bueno tener en cuenta. Una propuesta puede mejorar o empeorar mucho en función de la manera en la que se cuente. La rigurosidad en la representación, denota rigurosidad en el trabajo, lo cual siempre es bienvenido. Buscar y estudiar otros ejemplos de arquitectura similares nos amplía el abanico de referencias, nos despierta inspiración y acota el número de soluciones posibles. 

Mucho trabajo y mucho ánimo.

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